Resumen |
El mundo se halla hoy dentro de una burbuja tecnológica caracterizada por la demanda de soluciones creativas e innovadoras como valor agregado, forma de generación y uso de conocimientos aplicados. Información transformada en posibilidades y cadenas de valor. Se colige, entonces, que los planteamientos y propuestas deben ser también parte e interés de la agenda de la educación, y en consecuencia, el resultado de reflexiones e investigaciones aplicadas que conlleven a generar cambios mediante prácticas creativas e innovadoras. La educación en este tercer milenio por sí misma demanda ser el resultado de reflexiones y prácticas de innovaciones pedagógicas. La vinculación y auge de las telecomunicaciones y TIC al escenario educativo han complejizado el tema en cuanto sentido de oportunidad, pero también de retos inexorables que suponen cambios en una cultura educativa anclada en la tradición y el transmisionismo. En todo caso, académicos e investigadores aún dividen opiniones y argumentos, lo cual permite inferir que se está frente a dos retos de honda demanda reflexiva, investigativa y práctica: la innovación pedagógica y las TIC para una sola educación pertinente y con sentido. Lo antes indicado tiene particularmente resignificación en la educación superior. En efecto, la universidad del tercer milenio tiene el reto de cambio a partir de innovaciones pedagógicas --que hacen parte de innovaciones educativas-- que agreguen valor a las funciones sustantivas (docencia, investigación, proyección social / extensión). Ese cambio invita a valorar y potenciar aquello que viene haciendo bien, y opción de renunciar a las prácticas anquilosadas que la hacen no competitiva y la cubren de inflexibilidad ante el mundo.
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